miércoles, 29 de agosto de 2007

El tope de gente que puede viajar parada en colectivo

A diario se realizan 7 millones de viajes en las 9.400 unidades que se movilizan por la Ciudad. El "cómo" se viaja inspiró frases como "vamos como ganado" . ¿Cuál es el límite de pasajeros que puede cargarse?


El "bondi" forma parte de la rutina de miles de argentinos que se mueven en el territorio porteño o hacia él desde otros puntos de la provincia, cada día. Y cada día, muchos se preguntan cuánta gente más puede llegar a dejar subir el chofer por viaje. Es raro acertar: cuando parece que nadie más entra la puerta se abre otra vez.

Fácilmente se percibe el malestar que se suma a la "nueva costumbre" de dejar sin asientos a gente mayor y mujeres, algunas con niños en brazos o por venir. Aunque en este último caso, casi siempre alguien apela a la buena voluntad en voz alta.

Quizás los peores momentos –donde se siente literalmente “explotar” al colectivo-, son dos: de 7 a 8 por la mañana y a la hora del regreso a casa después de la jornada laboral, de 18 a 20.

Mientras que en promedio un colectivo tiene 33 asientos es posible comprobar que muchas veces viaja más de ese equivalente parado, es decir, más de 70 personas.

¿Qué dice la normativa? Infobae.com consultó a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) y con respecto al tema de cuántos pasajeros pueden subirse, se señaló que no existiría indicación para los colectivos de línea.

Coincidieron fuentes de CESVI Argentina quienes aclararon que respecto a Provincia de Buenos Aires, lo que dice la Ley es que en los servicios "urbanos" solo se tolerará pasajeros de pie en proporción igual al número de asientos.

“En cambio en los servicios 'interurbanos' y/o 'rurales' no se permitirá iniciar la marcha con pasajeros de pie; salvo casos de grandes aglomeraciones o demandas circunstanciales en que se admite un 25% de la capacidad de asientos. La tolerancia del completo hasta el 50% de la capacidad de asientos es permitida a partir de los tres (3) kilómetros de iniciado el servicio”, se aclaró.

Por tanto, en lo que hace al colectivo de línea, quedaría a criterio de cada chofer, mientras que siempre las puertas vayan cerradas.

Consultado, Daniel Millaci, presidente de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros (CEAP) señaló que "existe una vieja normativa que establece que la capacidad volumétrica de los colectivos es de hasta 4 personas por m2. Pero no es posible decir exactamente porque no todos los colectivos son iguales". Para Millaci una cantidad de 60 y 70 personas puede ser una cifra tope lógica de personas que viajen en colectivo de 33 asientos.


¿Hay riesgos si se sobrecarga al colectivo?

En cuanto al tonelaje, Millaci indicó que "superan largamente la cantidad de pasajeros que pueden llevar; son chasis que están preparados por ejemplo, para cargas de camión. El chasis es muy resistente, en ese sentido no hay problema. Sí es un problema el hecho de que la gente se puede golpear, también el tema de los rateros", entre otros.

Según el experto, "en estos momentos pueden estar faltando algunos colectivos, si se agregan más el problema va a ser de tránsito" y agregó que en otros países existen escenarios distintos, mejores o peores y recordó a los "empujadores de Japón, que son las personas que empujan a los demás en los subtes para que puedan entrar todos".

Por su parte, el Ing. Gustavo Brambati, jefe de seguridad Vial de CESVI, "los colectivos de línea sobrecargados no se alinean a preceptos básicos de Seguridad Vial. Su única premisa es levantar la mayor cantidad de pasajeros posible para que les sea más redituable. Esta indominable cantidad de personas lleva un riesgo muy alto en caso de accidente".

"En principio, debemos tener en cuenta que un exceso de pasajeros altera las características del comportamiento dinámico del vehículo a la hora de efectuar una maniobra exigida", dijo y agregó que "concretamente, un mayor peso aumenta el ángulo de deriva de los neumáticos en las curvas y las fuerzas de inercia durante el frenado que podría traducirse en una pérdida de estabilidad en los virajes o maniobras de esquive, y en una mayor cantidad de metros para detenerse o para acelerar el vehículo".

"Incluso, el conducirse con un mayor número de pasajeros trae una gran cantidad de riesgos como que los pasajeros en exceso puedan ser eyectados del colectivo incluso en una frenada", indicó. "En lo posible hay que evitar además que las personas tomen movimiento, ya que esto genera un efecto absolutamente indeseado en maniobras exigidas que hace que en esa dinámica multipliquen su peso".

"Por otro lado el chofer debe adaptar su modo de conducir a la nueva condición de peso tratando de llevar el vehículo lo más lejos posible de las situaciones límites. El conductor habitualmente no interpreta estos cambios de exigencias y conduce su vehículo a las velocidades que habitualmente lo hacía. ¿Es posible que el conductor no haya notado que su vehículo podría perder estabilidad? Tal vez no".

"No hay que olvidarse del apoyacabezas y los cinturones de seguridad. Sin dudas que los apoyacabezas son un importantísimo elemento de seguridad que nos protege en caso de que el vehículo en el que viajamos sea embestido desde atrás. También resulta fundamental que todos los vehículos se equipen con cinturones de seguridad en todas las plazas. Sin dudas, estamos frente a un importante problema de seguridad, si nos toca viajar en vehículos de estas características".

A la problemática del cómo se viaja, se agrega la cuestión económica, relacionada al costo del pasaje y las posibilidades de renovación de las unidades. Lo cierto es que en cuanto al tope de gente que entra por viaje, existiría un vacío legal que debería subsanarse.


Por Andrea Sambuccetti

Para Infobae.com



martes, 28 de agosto de 2007

Gastan $ 17 millones por día en subsidiar el transporte


Tras el decretazo del viernes: a pesar de la mala calidad de algunos servicios

Son 6260 millones por año, casi 6 veces lo que le cuesta al país tener embajadas en el mundo

Para que los trenes apenas corran por las vías argentinas, para que circulen colectivos muchas veces en mal estado y para que despeguen escasos e impuntuales vuelos, la Secretaría de Transporte, que dirige Ricardo Jaime, habrá destinado US$ 5,3 millones por día al terminar el año. O, lo que es lo mismo, 17,15 millones de pesos diarios, incluidos sábados, domingos y feriados.

Esa es la cifra de que puede disponer Jaime durante cada uno de los 365 días del año para solventar una actividad clave para la economía local, desde 2002 uno de los sectores más subsidiados, recién superado este invierno por el sector energético, que esta vez necesitó centenares de millones para poder mantener la luz prendida en los hogares.

En total, Jaime tendrá en el año $ 6260 millones destinados a los transportistas, incluidos también los camioneros, a quienes también les llegan los beneficios de los subsidios. El monto representa 10 veces lo que tiene para gastar en el año el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, o casi seis veces el presupuesto anual que utiliza la Cancillería para tener abiertas representaciones argentinas en el mundo.

Mediante el decreto 1108 que se publicó el viernes pasado, por el que se aumentó el gasto público en 14.219 millones de pesos, Jaime recibió 1795 millones para la caja que ya disponía para hacer política de transporte. Esa suma se adicionó a los 1887 millones de pesos que ya tenía asignado, de los que ya se había consumido el 93%, según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).

Pero eso no es todo. Los transportistas, sean de trenes, camiones o colectivos, tienen también otra caja que se nutre de un 20% de cada litro de gasoil que se vende en el país. En ese lugar de la administración pública hay 2578 millones que van directamente a subsidiar al sector.

De acuerdo con un informe elaborado por Gerardo Uña, economista de Cippec, ese monto, que se maneja mediante un fondo fiduciario, es "probablemente el más cuestionado por sus ampliaciones y modificaciones, en algunos casos hasta consideradas incompatibles con la finalidad inicial".

Lo que Jaime recibió el viernes equivale a un 153% más que el presupuesto anual que tiene el Poder Legislativo para funcionar todo el año. Gran parte de este monto irá a parar a empresas concesionarias de los ramales ferroviarios.

Por ejemplo, Metrovías, concesionaria del subterráneo y del ramal Urquiza, va a recibir 314 millones de pesos; Trenes de Buenos Aires (TBA), $ 302,6 millones para los trenes de los ramales Sarmiento y Mitre; Ferrovías, que tiene a su cargo el ramal Belgrano Norte, tendrá 54,8 millones, y el ferrocarril Belgrano Cargas, que está gerenciado por un consorcio encabezado por el grupo Macri y sus socios chinos, percibirá 270 millones de pesos.

Los ramales que le fueron quitados al grupo Taselli después de los desmanes que se dieron en la estación Constitución, el San Martín y el Roca, tendrán subsidios adicionales por 244 millones de pesos, que serán canalizados a través de la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria (Ugofe), que a su vez está compuesta por TBA, Ferrovías y Metrovías.

Para los colectiveros también hubo una porción. Se destinaron al Fondo Fiduciario de Infraestructura de Transporte 603 millones de pesos.

Las cajas de las aerolíneas también fueron "lubricadas", aunque los montos nada tienen que ver con la de sus colegas ferroviarios o colectiveros. Aerolíneas Argentinas recibió 1,8 millones de pesos; Austral, la que cubre las frecuencias más costosas del grupo, 16,5 millones, y Lan Argentina, 1,8 millones por volar a rutas denominadas no rentables. En ese paquete de rutas se encuentran Río Gallegos y Ushuaia, entre otros destinos.

Podrá decirse que en la Argentina el ferrocarril apenas mueve sus vagones, que los colectivos son viejos o que los aviones no salen a horario. Lo que no podrá objetarse de la actual administración es que no destina fondos públicos a subsidiar el transporte.



Otras asignaciones

El decretazo del viernes pasado incluyó también 100 millones para el Organo de Contralor de Concesiones Viales (Occovi), que dirigía Claudio Uberti hasta que fue echado por compartir un vuelo en el que se encontró una valija de 800.000 dólares a su regreso de Venezuela. Eso no fue lo único que se reasignó para las rutas. A Vialidad Nacional llegaron 900 millones de pesos adicionales a los 4254 millones que ya tenía presupuestado el organismo.

Para la construcción de viviendas fueron 622 millones de pesos adicionales, que mejoraron en un 28% el disponible de esta repartición, que ya contaba con 2259 millones de pesos.


Por Diego Cabot

De la Redacción de LA NACION

Fuente: Diario La Nación: http://www.lanacion.com.ar/938304